La vuelta a los Mayos de Riglos

Tiempo 3h y 30´ minutos
Desnivel: 400 m desde el coche.
Dificultad: media-baja (la media, sobretodo, por el pechugazo de subida por el circo)
Tipo: Circular
Excursionistas: Tomás y Diego.



Otra magnífica mañana de sábado. Lo cierto es que al empezar la mañana había unos 2º C pero, a lo largo de la mañana, hemos llegado a los 17 º C.

Hoy nos apetecía dar una vuelta por “El Reino de los Mayos” y así lo hemos hecho. Saliendo de Zaragoza, como ya es costumbre, a las 8:00 h. Hemos llegado sobre las 9:20 h.

Para ir hay que llegar a Huesca y tomar la salida de la autovía dirección a Pamplona (por la antigua carretera a Jaca dirección puerto de Santa Bárbara). Llegaremos a Ayerbe, pueblo muy aficionado a la Micología y Republicano donde los haya. Ahí podemos comprar pan y tortas de Ayerbe (que son muy buenas). Nada más salir del pueblo dirección Murillo de Gállego o pantano de la Peña, a pocos kilómetros, encontramos el desvío a Riglos. Está un poco escondido por lo que no recomiendo ir muy rápido con el coche ya que te lo puedes pasar. Una vez tomas el desvío sólo tienes que continuar la carretera hasta el final donde se encuentra el pueblo.
Hemos empezado a caminar a las 9:30 h. Hacía algo de frío cuando hemos mirado hacia la cumbre del Mayo Pisón (el mayo más gordote). A nuestro alrededor se estaban preparando algunos escaladores que habían pernoctado en sus furgonetas adaptadas para ello. La senda empieza muy suavecita rodeando el mayo Pisón por su izquierda si lo miramos de frente. Enseguida hemos entrado a un circo llamado “circo de verano” por una puerta natural gigante, formada por el Mayo Pisón y el Mayo Fire. Nada más entrar en el circo la senda empieza a subir sin compasión. Una subida de unos 40´ hasta que dejamos la PR, donde hay un cartel que nos dice por donde podemos seguir dando nuestra vuelta circular a los Mayos o desviarnos al Pantano de la Peña. Seguimos subiendo tras una breve pausa y tardamos unos 20´ más en llegar a la cima de nuestra diabólica senda. Allí se llega a unas praderas con una caseta pequeña que dejamos a nuestra izquierda. Habíamos oído hablar que desde esta zona se puede acceder al mayo de la visera pero, tras 3 intentos por pequeños caminos propiedad de los jabalíes de la zona, no hemos conseguido encontrar la senda correcta. Así que para no desanimarnos, hemos almorzado, viendo las magníficas vistas de pájaro que se pueden observar desde esa altura.

Toda la zona de detrás de los mayos, el Moncayo al fondo, la Hoya de Huesca, Murillo de Gállego, los molinos del Temple… todo eso de un vistazo acompañados de los buitres que se posan sobre la cima de los Mayos mientras comemos nuestro sándwich.

Después de almorzar, hemos bajado poco a poco hasta el pueblo por la senda bien indicada.

La ruta circular no es difícil de encontrar. Está marcada continuamente con señales consistentes en 2 líneas paralelas azules y estacas clavadas en el suelo donde se lee “sendero”. Lo complicado de verdad es encontrar la senda que nos lleva hasta la planicie rocosa de la cima de los mayos y hasta la visera. En fin, para otro día será.

Hemos llegado al coche sobre las 13: 20. Lo cierto es que lo hemos hecho en el tiempo que marcaba el itinerario, aunque nos hemos entretenido mucho buscando la senda perdida y almorzando. Creo que podríamos haber hecho el sendero circular en 2 h y 30´.

Imprescindible llevar Agua. Preferible hacer en otoño y primavera, en verano se debe de pasar mucho calor.

Las vistas desde el pueblo también son impresionantes. Hemos llegado a contar unos 25 escaladores en total. Eso sí, senderistas sólo nosotros porque no nos hemos encontrado a nadie a lo largo del camino.

Ha sido una magnífica mañana, una bonita excursión y además nos ha quedado una senda por descubrir… esto es imprescindible para regresar a cualquier sitio, tener un motivo.

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Peña Aman (Guara - Huesca)


Componentes de la expedición: Jose Carlos, Xavi y Diego.

Tiempo: 2h + 2 h = 4 horas (con alguna paradita) .

Dificultad: Fácil (Al final hay que trepar por unas clavijas puestas en la roca que no suponen gran dificultad. Pero hay que andar con precaución. No es necesario llevar ningún material de seguridad tipo arnés, cintas…) .


Desnivel desde el aparcamiento: 450 metros.

ATENCIÓN: No llevar pantalón corto. La senda es estrecha y cargada de Aliagas y otras plantas que pinchan y arañan. Aun con pantalón largo no te libras de algún arañazo.

La senda parte de un aparcamiento cercano al de San Martín de bal d´onsera, pero no el mismo. Para llegar a el hay que llegar a San Julián de Banzo y tomar el mismo camino que se desvía de la carretera para llegar al aparcamiento de San Martín. En lugar de tomar el camino que lleva a dicho aparcamiento tomaremos el siguiente a mano derecha y aparcar el coche donde ya no se puede continuar más. Un aparcamiento pequeñito ausente de cualquier letrero o indicación.

Empezamos a caminar en torno a las 9:50 de la mañana tras comprobar que el lugar era seguro, ya que nos encontramos con un grupo de cazadores con ansias de jabalí. Aun así nos acompañó un trecho un perro de batida y vimos algún cazador oteando el terreno.

La senda es un sube y baja que salva 3 barrancos afluentes del Flumen. Aunque la mayor parte del camino es de subida. Siempre siguiendo la GR hasta prácticamente el último tramo cuando se llega justo a la falda de Peña Aman. No obstante, Ahí hay un cartel verde que indica el camino a la cumbre de la peña. No es difícil llegar.

Durante todo el camino oteamos la Hoya de Huesca a vista de pájaro y notamos como vamos subiendo poco a poco. Pese a ver nuestro destino a cierta distancia, no se nos hizo largo.

Durante el camino comentamos que en verano, con calor, tiene que ser más dura ya que apenas encontramos sombras a lo largo del camino.

Desde que se deja la GR (cuando el cartelito verde nos indica por donde debemos de subir) el repecho es más fuerte y la senda más confusa, pero ya estamos prácticamente en la cumbre. A pocos metros de la cima nos encontramos con una pared de roca que salvaremos por la parte derecha pegados al cortado del salto de Roldan para llegar así a un pequeño balcón de donde parten las clavijas. Las clavijas que nos llevan a la cima son sencillas, pero no es una escalera ni mucho menos. Una vez pasado esto nos encontramos en la cima y tenemos una vista impresionante de la Peña de San Miguel, el corredor de la Peña de San Miguel, El Barranco del Flumen, el Pico del Águila (con su antena) y detrás se divisa Collarada (que en este tiempo estaba todo blanco por la nieve). Hacia Huesca la vista es espectacular: La Hoya de Huesca, Sierra de Alcubierre, Molinos del Temple… en días claros se ve incluso el Mocayo.

Es un lugar tranquilo y solitario, mucho menos transitado que la Peña de San Miguel. Los buitres nos acompañaron mientras tomábamos el almuerzo y hacíamos alguna foto.

Llegamos a la cima a las 11:40 aprox. Salíamos de regreso sobre las 12:00.

La vuelta era desandar lo andado. Llegamos al coche a las 13: 40.

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La cueva del árbol (Mularroya- Zaragoza)

Cuando era un niño oí hablar de la cueva del árbol. Contaban los adultos que era una sima en el suelo, de la cual salía un árbol que nació en sus entrañas. Era un lugar difícil de encontrar ya que solamente se veía un matorral que, en realidad, era la copa del árbol.

Cuando era un niño tenía mucha imaginación. Esto daba para imaginar muchas historias fantásticas: Cómo llega una semilla a caer dentro de una sima… Cómo esa semilla se hace amiga de la cueva para que el barro y la tierra de la sima amamante al arbolillo... Cómo el arbolillo tras años de vivir resguardado del viento, del frío invierno y caluroso verano, decide devolver el favor a su “vieja protectora” tapando la entrada con su copa y haciendo así un lugar invisible y tranquilo…

El caso es que ese lugar pasó a ser para mí un lugar casi mágico, fantástico. Cuando ya tuve edad de explorar en bicicleta con mis amigos del pueblo los alrededores de la comarca de Valdejalón, tratamos de buscar este lugar. Preguntábamos a la gente más mayor y nos escapábamos de la siesta en busca de la cueva del árbol, sin temor al sonido de la chicharra.

Nunca llegamos a encontrarla. El árbol cumplía su cometido; esto hacía crecer aún más mi curiosidad y el misticismo que había creado mi imaginación en torno a ese lugar. Después, llegué a pensar que era una leyenda. Años más tarde ya no pensé en ello.

Cuando decidí abrir este blog mirando nuevas rutas, encontré de sopetón no sólo la descripción de la cueva del árbol, sino también una foto.

Enseguida me vinieron a la mente muchos recuerdos y escribí al autor de dicho blog, que muy amablemente me contestó con las indicaciones pertinentes de cómo llegar.

Así que la excursión de hoy trata de encontrar ese lugar que perdí hace años junto a mi bicicleta amarilla y mi niñez.

Hoy, como José Carlos conoce esa zona mucho mejor que yo, enseguida nos hemos puesto en buen camino. Y, aunque el primer monte que hemos explorado no era el correcto, eso nos ha servido para andar un poquito y hacer algo de ejercicio, contemplar el paisaje que, como veréis en las fotos, tiene contrastes bastante curiosos, por un lado campo seco de otoño, por otro lado bosque de pino verde.

Al final hemos encontrado la cueva del árbol. Pero no me ha parecido correcto poner cómo se llega. No me parecía adecuado romper con años de amor entre una cueva y el árbol que nace de sus entrañas…

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