Distancia: 18 km.
Altura máx.: 2314 m.
Altura min.: 1350 m.
Desnivel Acumulado de subida: 1200m.
Tiempo: 4:25, más 1:15 en paradas.
Dificultad: media-alta (en estas fechas imprescindibles crampones)
Tipo: circular: fuente de los frailes -moncayo-collado de bellido-fuente de los frailes
Excursionistas: Roberto, Iker, el Lapi y José Carlos.
Volvemos a nuestro querido Moncayo, germen de nuestro blog. De la salida se cae Pedro, por problemas físicos, que estuvo con Iker la semana pasada y no pudieron llegar arriba por mal tiempo. De camino nos cruzamos con unos amigos de La Almunia, que nos dicen que lo han subido de noche y que está perfecto para crampones.
Decidimos dar la vuelta larga, subir desde la fuente de los frailes, por la subida clásica en zigzag y bajar por el collado de bellido(aquí esta el enlace de la misma andada pero en verano). Comenzamos con buen ritmo, yo me quedo un poco atrás en la subida de media hora hasta el santuario, prefiero regular pensando en lo que espera. En la parte del bosque hasta el circo algo de hielo pero sin mayores problemas, a medida que salimos del bosque ya se hacen imprescindibles los crampones, paramos para ponérnoslos, para casi todos es la primera vez y nos resulta una sensación increíble dominar la pisada sobre un manto de hielo, dan mucha seguridad.
Vemos a varios montañeros subir por huellas que hay en la lengua del circo, rectos a la cima, pero para ser nuestra primera vez en esta técnica preferimos subir por el zigzag. En esta parte fuertes rachas de viento, en muchas zonas hielo compacto y en otras unos curiosos mantos de cubitos de hielo, como dice Iker era como andar por cubiteras de bar. Por delante se van Roberto y el Lapi, Iker les hace la goma y al final nos juntamos los dos para subir a nuestro ritmo, disfrutamos del agarre de los crampones y las impresionantes vistas que nos rodean, aunque no quitan del esfuerzo para superar las rampas, con el sobreesfuerzo de los crampones.
Arriba un blanco manto de hielo cubre desde el collado de bellido hasta la cima. Nos dirigimos a ella, muy satisfechos y contentos por haber logrado subir, almorzamos en los paravientos, ahora de hielo, con otros montañeros, que amablemente y viendo la cara de hambre de algunos, nos ofrecen unas galleticas de chocolate que devoran parte de nuestro grupo jaja. No estamos mucho rato hace una esplendida mañana, pero la sensación térmica con el aire es bastante fría.
Nos dirigimos hacia el collado de bellido, en la subida y ahora tenemos que hacer parada para reajustar crampones, pero sin mayor problema. Ganamos el collado y de bajada hacia la GR, recordar, siempre los pinos están a la derecha, ya que no está marcado, desaparece el hielo. Nos quitamos los crampones y al llegar a la GR un primer problema, hay cazadores haciendo una batida. Nos recomiendan que nos bajemos por una pista hasta Añon del Moncayo, a 16 km del coche, les decimos que no, que es un GR y volveremos por ella sin salirnos, el monte es de todos.
El segundo problema es mayor, pesábamos que el sendero estaría limpio, pero no, medio metro de nieve blanda, o sea te hundías hasta la rodilla, cubre toda la GR. Roberto nos va abriendo huella, siguiendo otras que ya hay, pero parecemos patos borrachos, cayéndonos sobre el colchón de nieve. Se nos hace muy largo y pesado este trozo, llevamos todas las piernas muy cargadas de la subida. Queríamos echar una jarra en el santuario antes de bajar al coche, pero se nos ha hecho muy larga la vuelta y el tiempo está cambiando, así que decidimos no parar en el santuario más que para pillar agua y sin demora bajar hasta el coche.
En este último trozo Icor se lanza trotando para no cargar rodillas, Roberto y yo nos quedamos con David que renquea de un esguince de tobillo, bajando mucho más tranquilos.
En el coche estiramos bien y no paramos de comentarla mañana tan estupenda, a la par de dura, que nos acabamos de meter entre pecho y espalda. Por la tarde-noche, como no, entre mil cañas no paramos de hablar del Mancayo, hielo, crampones, nieve y posibles rutas, aunque a algún@s les parezcamos unos cansinos. Ha sido un día perfecto, el Moncayo en invierno no tiene nada que ver con el verano, hemos subido el mismo monte, descubriendo uno nuevo. Genial.
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