La Nevera-Mirador de la Falaguera-Peña la Tía

Domingo 23 de Agosto de 2009

Tipo: circular (Raso de la Cruz-La Nevera-Mirador de la Falaguera-Peña la Tía-Raso de la Cruz)

Distancia: 7,9 km

Tiempo: 3 horas

Desnivel: 450 m

Dificultad: media

Excursionistas: Pedro y José Carlos

Este recorrido ya lo realizamos en Abril, http://lagasolinaamedias.blogspot.com/2009_04_01_archive.html , pero esta vez bajaremos por la Peña La Tía, es más directa y pronunciada, pero acorta la vuelta casi 1 km.

La excursión de hoy tiene doble sentido, el primero es nuestra “naturaleza del blog” como siempre, pero el segundo es algo especial.

El La Almunia de Doña Godina es tradición que cuando alguien se casa, el dinero-regalo de los amigos se les entrega en forma de putadilla, por ejemplo: el número de cuenta escondido en 20 cascaras de pipas de un saco de 10 kg, las monedas revueltas en grasa de tractor y pelo, los 20 dígitos de cuenta grabados entre las canciones de 50 cintas de radiocasete, etc. Esta vez los novios fueron Isis y Pedro, se nos ocurrió que tenían que contestar a una serie de preguntas sobre los puntos de interés de este lugar realizando el recorrido, para poder sacar el dinero de la cuenta donde lo teníamos. Sabiendo que no son muy amigos de andar y que les gusta más el coche, que a un tonto una piruleta, sabíamos que iba a ser una gran putadilla.

Isis, por circunstancias, no pudo venir, pero Pedro se quería quitar el marrón de encima cuanto antes. Así pues, con muchas ganas por parte de Pedro, sobre las 9 de la mañana, un poco tarde para mi gusto, comenzamos a andar. Los primeros 15 min hasta el Sitio del Emparrado, los hicimos a buen paso, y a Pedro le sirvió para limpiar sus pulmones de humo y sustancias verdosas, ya me entendéis… a partir de aquí comienza la subida de verdad, un pechugazo majo, bebimos un poco de agua y deje que Pedro marcase el ritmo, daba 10 pasos largos y paraba para coger aire y tomarse la pulsaciones jeje no había peligro, pero el corazón marcaba un buen ritmo hardtechno jaja. En 150m paró tres veces y eso a mí me estaba matando, le dije que parase y tomase un ritmo mucho más lento y de paso más corto, para no reventarnos en 5 minutos, así lo hizo, paso a paso y sin apenas parar, alcanzamos La Nevera y luego el Mirador de la Falaguera. En el punto más alto, termino de contestar todas las preguntas ¡PRUEBA SUPERADA! ya tenía su botín, bueno suyo y de Isis, ya sabéis como va esto del matrimonio jaja

Después de contaos la anécdota del día, centrémonos en el recorrido de bajada, la subida no tenéis más que mirar el enlace.

Estamos en el Mirador de la Falaguera, regresaremos sobre nuestros pasos hasta un poste que habremos visto antes donde indica “Peña La Tía”, tomaremos la senda que sale del camino, para empezar a descender rápidamente, no tiene mucha dificultad, pero la pendiente es considerable, y en unos 5 min alcanzamos la Peña La Tía, es una cueva donde en Abril, estuvimos desayunando y después subimos hacia el mirador, esta vez bajaremos rectos y además ,no pudimos desayunar en ella porque al entrar, asustaba el zumbido de avispas que se refugian ella de las altas temperaturas, así que nos sentamos en una sombra y echamos el esperado bocao.

Reanudamos nuestra marcha, disfrutando de la bajada entre árboles de diferentes especies que nos daban una agradable sombra, a mitad de bajada nos encontraremos con el Sitio del Canto, no vimos nada especial en él (es la foto de al lado), suponemos que sería un lugar de descanso ¿?. A partir de aquí hay unos 300m de senda que tiene roderas profundas, aunque con cuidado se pasan sin dificultad.

Con el suelo que pisamos mucho más llano, más ancho y mejor pisado llegamos hasta la Peña del Gallo (foto de abajo), no debemos tener buena imaginación, porque no vimos el gallo o no encontramos el ángulo, en pocos metro empalmaremos el camino principal, debidamente marcado con un poste que nos llevará al Raso de la Cruz, desde donde comenzamos la excursión.

Es un descenso mucho más rápido, en menos de 1 hora se desciende.

Pedro estaba muy contento se sentía muy bien después de hacer la excursión, tanto por el ejercicio físico que había desperezado su cuerpo, como por, evidentemente, haber conseguido desbloquear el dinero. Yo por mi parte, estaba contento porque mi rodilla no me dio problemas en la bajada, desperté el gusanillo del senderismo en Pedro y porque sabía que después de hacer de guía, estaba invitado a unas buenas tapas en el Pirri, bar de La Almunia donde, como ya sabéis, acaban las excursiones cerca de allí.

Con el buen sabor de las tapas me despido, hasta la próxima…

1 comentario:

DIEGO dijo...

Me gusta que se despierten motivaciones senderiles y se sumen amigos a la "la gasolina a medias". "La fiesta de las 50 excursiones será grande"