San Martin de bal d´onsera


28 de Enero de 2012.

Distancia: 11,23 km.

Altura máx.: 1.163,81 m.

Altura min.: 737,95 m.

Desnivel Acumulado de subida: 500m.

Tiempo: 3h y 30´ con paradas

Dificultad: facil

Tipo:lineal

Excursionistas: José Manuel, Iker y Diego

Como parecía que la nieve se retrasaba este invierno, decidimos en lugar de hacer raquetas, subir a San Martín de la bal d´onsera. Esta es la primera excursión que hicimos para este blog hace ya más de tres años y además de tener un inolvidable recuerdo de la belleza mágica de estos parajes de la Sierra de de Guara, consideramos que podría ser una alternativa asequible y adecuada que animase a todos aquellos que no conociesen dicha Sierra o que se quisieran estrenar a patear el monte con el Club.

Tres personas hicimos al final esta excursión, José Manuel, Iker y yo. Con cierto temor a que fuese una excursión poco exigente para mis dos compañeros de andanza (vistas sus anteriores azañas) quedé con ellos en el Eroski de Huesca (Coso Real) a las 08:00. Llegué a las 7:50 y ya estaban esperando con un café de ventaja, eso es puntualidad.

Para llegar al Aparcamiento donde iniciamos el camino a pie, es necesario llegar hasta la localidad Oscense de San Julián de Banzo, a 20´ aproximadamente desde Huesca. Nada más pasar Huesca dirección Barbastro, tomar el desvío a Loporzano en el estrecho de Quinto. Se pasa Loporzano (Recomendable comprar el pan en su Obrador), y tomamos la carretera dirección Barluenga y San Julián de Banzo. Una vez llegados allí seguiremos por la carretera hasta una señal que indica San Martín. Nada más entrar en ese camino, seguimos las señales y llegaremos al Parking donde dejaremos el coche.

La mañana estába fría pero soleada, salimos por el camino marcado y nada más bajar al barranco, seguimos su curso hacia la sierra. En cuanto empezamos a caminar por los angostos parajes típicos de Guara y vi que tanto José Manuel como Iker se quedaban sorprendidos del incomparable entorno, descubrí que mis temores eran infundados, además sabía que aun nos quedaban unos cuantos tramos del camino difíciles de olvidar por su belleza.

Tras unos 30´de caminata, veremos un cartelito verde que nos introduce en el curso de otro barranco que viene a nuestra derecha y nos sumerge en un verdadero túnel de vegetación. Esto en verano se agradece mucho más, ya que nos ofrece la sombra que en según que lugares de esta Sierra tanto se hecha de menos en los tórridos medios días de verano. A partir de ese momento, la senda es más estrecha y el camino más empinado. Enseguida llegamos a una zona de escalada, donde Iker se queda atónito con el extra plomo que presentan sus paredes. Irremediablemente recordamos a nuestro amigo Lapi, que seguro se le hubiese hecho la boca agua.

Seguimos subiendo y tras pasar el desvío de los campos de Ciano (por el que se llega a Vadiello), nos introducimos en un zigzagueante sendero que nos lleva cuesta arriba hasta la pared de roca que deberemos de subir por el paso de “la biñeta” . Antes de subir por las sirgas y escaleras en la roca de dicho paso, un poco de líquido para reponer fuerzas mientras leemos la placa de cerámica que recuerda la muerte de un joven de Barluenga en 1823 a su paso por estos parajes.

La parte de las sirgas y escaleras es más expuesta, pero desde ese punto ya empezamos a divisar a vista de pájaro el valle por el que hemos ido subiendo inmersos en el curso del barranco. Ahora la panorámica es totalmente diferente. Cogemos altura y llegamos al punto más alto de nuestro camino. Un collado donde justo al frente, tenemos las colosales paredes de roca que alojan a cientos de buitres y otras aves que te hacen no despegar la mirada de sus majestuosos vuelos.

Embelesados por el entorno decidimos continuar antes de quedarnos fríos. Ahora el camino baja poco a poco en zigzag hasta el curso del barranco paralelo. Las sirgas que han colocado no hace mucho, no solo afianzan nuestros pasos, sino que nos guían por el camino más adecuado. En pocos minutos llegamos al curso del nuevo barranco y seguimos subiendo hasta que casi sin esperarlo nos encontramos con el Cenobio de San Martín al lado de su cascada de 30 metros.

Parece mentira que en tan recóndito lugar, se le ocurriese a alguien hacer allí su morada. Eso si, este lugar es una fábrica de tranquilidad y paz.

Almorzamos y agotamos las baterías de las cámaras de fotos. Es normal, el lugar lo merece.

Una buena alternativa para volver una vez al año, como mínimo.

Las fotos y el track

5 comentarios:

jb dijo...

que buenos recuerdos, ya han pasado días, kilometros, sudores,risas... y ahora somos un club

Iker dijo...

Enhorabuena Diego, por la ruta y por la cronica!!!!
Gracias por todo.

DIEGO dijo...

sólo hay que agradecerle algo a la panadera de loporzano . menudo pan.

Iker dijo...

de kilo y que tortas.....

José Manuel dijo...

Joder Diego, acabo de leer el blog y parece que he vuelto hacer la ruta, no te pierdes un detalle.
Si cantar se te dá bien, escribiendo eres la hostia.
Felicidades y que volvamos a repetirla, y si es posible que sea en grupo más numeroso que seguro nadie se arepentira.
Un abrazo y a cuidarse.