Vértice del Anayet


25 de Febrero de 2012


Distancia: 11,21km

Altura max.: 2556m



Altura min.: 1633m

Desnivel acumulado de subida: 897m

Tiempo: 5h

Dificultad: Fácil

Excursionistas: Jose Manuel, Diego, David e Iker.

Llegamos sobre las 8:30am al pa

rking de Anayet de las pistas de esquí de Formigal, el día ya apuntaba soleado y caluroso, empezamos a andar entrando a las pistas y calzándonos los crampones casi sin bajar del coche, una gozada de nieve que nos acompañaría durante todo el recorrido.

Tras caminar por las pistas durante aproximadamente 2 kilómetros, nos desviamos a la derecha para encarar el valle que nos lleva directamente a los ibones de Anayet, nieve relativamente blanda a nuestros pasos que

gracias a seguir huella de un ra

quetista avanzamos sin demasiados problemas.

El día claro nos regala unas vistas impresionantes de los tres miles de Panticosa, canal roya e izas; además la fusión de la nieve forma cascadas de hielo que parecen de cera al estar descomponiéndose.

Continuamos recreándonos con el entorno y ganando altura hasta llegar a los ibones, cubiertos de hielo y nieve completamente, no sería difícil equivocarte y pasar por encima de ellos pero la senda está muy pisada y nos guía hasta la base de Anayet. Nuestras dudas se resuelven, el pico será para otro día, la nieve derritiéndose y la dificultad de la asc

ensión unido a la falta de medios como arneses y cuerda nos aconsejan conformarnos con el vértice de Anayet.

Encaramos la última subida con la imagen de Anayet y Midi D´Ossau juntitos, vaya pareja, vistos de cerca se aprecia que su formación geológica es similar, piedra de unos tonos grises, rojizos, verdosos una amalgama cromática indiscutiblemente volcánica.

Ganamos el último repecho y coronamos el vértice viendo de tu a tu al pico Anayet,

estudiamos la diagonal por la que se habría de ascender y debatimos si acercarnos para verlo de cerca (no se vaya a tumbar jeje), pero nos pudo la sensatez y tras disfrutar de unas vistas realmente impresionantes comenzamos la bajada hasta los ibones donde dimos cuenta de un merecido almuerzo viendo como tres escaladores le pegaban a una cascada de hielo en el Anayet, que terminaron por abandonar supusimos por falta de dureza del hielo.

Comenzamos la bajada, un sol de justicia y un calor “que tetorras”, en el altiplano de los ibones la nieve ya se nota que se está ablandando demasiado y al meternos en la primera pala ya empezamos a capuzar hasta la rodilla a casi todos los pasos, pero lo peor vino después cuando fuimos por el arroyo que la metida de pata llegaba hasta la cintura, Diego recordó a todo el santoral en esta zona que era muy frustrante por la insistencia del terreno en querer tragarte. Así llegamos de nuevo a las pistas y acompañados por cientos de esquiadores hasta el coche y con una buena jarra de cerveza pusimos el broche final a una mañana memorable.

El track y las Fotos

2 comentarios:

iker dijo...

muy buen dia, la pena las gafas de lapi que se las dono a una familia de amigos de lo ajeno

José Manuel dijo...

Esto si que fue disfrutar de la montaña,vistas espectaculares,tiempo de primavera,pero con la espinita de que el rocoso Anayet nos espera.Espero ponerle pronto la pierna encima.

A cuidarse chavales.